EL SISTEMA INMUNOLÓGICO





   Reconocimiento de lo propio y no lo propio 


El sistema inmunológico humano se puede definir como un sistema general del organismo destinado a salvaguardar la identidad biológica de cada individuo. Esta definición difiere, en parte, de la idea que habitualmente se tiene del mismo identificándolo como el “sistema de las defensas”. No obstante, la definición que se ha expuesto al principio debe explicarse con un poco más de detalle para que pueda comprenderse la complejidad y la gran importancia de dicho sistema para que podamos mantener habitualmente una situación saludable.

Pero ¿cómo funciona el sistema inmune en el hombre?
 El estudio detallado del sistema inmunológico es enormemente complejo y aunque todavía quedan muchas incógnitas por resolver, en los últimos cincuenta años se han realizado progresos extraordinarios y permanentes en el conocimiento de la inmunidad. 
Intentaremos explicarlo de forma fácil y para poder hacerlo un poco ameno y comprensible podríamos comparar el sistema inmune con el ejército de un estado soberano. Dicho estado (nuestro organismo) necesita poseer unos mecanismos defensivos que le protejan de posibles invasiones extranjeras que podrían aniquilarlo. Para ello necesita un ejército bien organizado que le permita conocer cuando se produce una invasión, es decir, disponer de un servicio de inteligencia que descubra inmediatamente cuando se produce la entrada de elementos extraños y lo comunique al estado mayor del ejército para que éste planifique como repeler la agresión y transmita las órdenes pertinentes a los diversos cuerpos de ataque, equipados con armas y municiones capaces de destruir al invasor. 

¿Como funciona el sistema inmune?


🔅 La fortaleza (nuestro organismo) está permanentemente acechada por elementos capaces de favorecer la destrucción y aniquilamiento de la misma.
🔅 Cuando los microorganismos logran penetrar en la fortaleza, algunos son descubiertos y captados por determinadas células (macrófagos, células dendríticas, linfocitos B), actuando como un servicio de espionaje.
 🔅 Cuando las células reconocen a los invasores como extraños, se reúne el Estado Mayor del ejercito (linfocitos T Helper) junto con las fuerzas de ataque (linfocitos B y linfocitos T citotóxicos) para decidir el plan de batalla.
🔅 Bajo las órdenes del Estado Mayor se inicia el ataque contra los invasores.
🔅 La lucha en primera línea la realizan los linfocitos B, lanzando proyectiles (antígenos), mientras que los linfocitos T citotóxicos se lanzan a la lucha cuerpo a cuerpo
🔅 El ejército de la fortaleza ha vencido a los invasores y los restos y despojos que quedan en el campo de batalla son eliminados por células con capacidad para ingerirlos y descuartizarlos (macrófagos).
EL SISTEMA INMUNE Y EL SISTEMA NERVIOSO
El mecanismo descrito de manera muy simple más arriba es sólo posible gracias a las informaciones mandadas por el cerebro 🧠 a los órganos llaves del sistema inmune (por ejemplo el bazo, nódulos linfáticos, tiroides, médula). Efectivamente, como cada sistema de nuestro cuerpo, el sistema inmunológico está relacionado con el sistema nervioso, órgano más preciso e importante del cuerpo.
David Foelten, profesor de Neurología de la Universidad de Rochester School of Medicine, (New York) fue el primero en demostrar que hay fibras nerviosas que unen el sistema nervioso con el sistema inmunitario, comprobando así la relación directa entre los dos sistemas. Descubrió, en efecto, que fibras nerviosas del sistema nervioso autónomo conectan con células de varios órganos como la médula de los huesos, la tiroides, el bazo etc… Estos nervios tienen un papel muy importante en las respuestas del cuerpo bajo estrés y en sus consecuencias sobre la Salud. El Dr. Foelten enseñó que estas conexiones neurológicas pueden influir en el comienzo de un cáncer, de enfermedades infecciosas, infecciones retrovirales, enfermedades autoinmunes y baja  inmunidad debido al envejecimiento.  
Investigadores alemanes han comprobado en ratones la conexión entre el sistema inmune y el sistema nervioso, confirmando así que las defensas del sistema inmunitario están, al menos parcialmente, influenciadas  por el sistema nervioso. Estudiando los vasos sanguíneos y linfáticos que rodean los intestinos de los ratones, científicos del Helmholtz Centre for Infection Research pudieron ver, a través del microscopio y con técnicas de marcación, que las células más importantes del sistema inmunológico forman conexiones con los nervios. Por otro lado, descubrieron también que algunos nervios culminan en las glándulas linfáticas de los intestinos, y que las células del sistema inmune pueden reconocer a los transmisores o sustancias mensajeras del sistema nervioso.

LA QUIROPRÁCTICA  MEJORA TU SISTEMA INMUNOLÓGICO 
Dado que la Quiropráctica actúa sobre el sistema nervioso y que el sistema nervioso tiene un control directo sobre el sistema inmunológico, entonces la  Quiropráctica ayuda a mejorar su “sistema de defensas”.
De hecho, el doctor en quiropráctica, corrigiendo las subluxaciones o interferencias nerviosas, permite de restablecer la conexión entre el sistema nervioso (cerebro, médula espinal y nervios) y los órganos del sistema inmunológico. Resultados: ¡un cuerpo más capaz de adaptarse a nuestro entorno siempre cambiando, un cuerpo más fuerte!







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